Vitalik Buterin advierte: Las L2 de Ethereum que no cumplan, ¡se quedan fuera!
El cofundador de Ethereum, Vitalik Buterin, ha lanzado una advertencia contundente a las soluciones de escalabilidad de Ethereum conocidas como "Layer 2" (L2): si no alcanzan la Fase 1 de descentralización para finales de 2024, dejarán de ser consideradas L2 legítimas. Según Buterin, la era de las "L2 disfrazadas de multisigs" está llegando a su fin, y solo aquellas que logren la descentralización necesaria sobrevivirán en el ecosistema.
Pero, ¿qué significa realmente estar en "Fase 1" y por qué es tan importante para la seguridad y confianza de los usuarios? Aquí te lo explicamos.
¿Qué es la Fase 1 de las L2?
Buterin introdujo la idea de las fases de descentralización en 2022. La Fase 1 es un hito clave en el que las L2 ya no dependen únicamente de equipos centralizados para garantizar la seguridad de los fondos de los usuarios. En esta fase, las L2 deben implementar pruebas criptográficas, como "fraud proofs" o "validity proofs", para evitar que se ejecuten transacciones fraudulentas.
Esto significa que las L2 que lleguen a la Fase 1 serán mucho más seguras y confiables, ya que incluso si el equipo desarrollador intenta hacer algo indebido, las pruebas criptográficas evitarán que eso suceda.
¿Quiénes ya cumplieron y quiénes están quedando atrás?
Según datos de L2Beat, ya hay seis redes L2 que han alcanzado la Fase 1, como Arbitrum One y Optimism. Estas redes están liderando la carrera hacia una verdadera descentralización. Sin embargo, otras, como Base y ZKsync Era, aún tienen mucho trabajo por hacer si quieren cumplir con los estándares de Vitalik antes de que termine el año.
¿Por qué esto importa para el futuro de Ethereum?
La promesa de las L2 es mejorar la escalabilidad de Ethereum, permitiendo transacciones más rápidas y baratas sin comprometer la seguridad. Pero si estas redes no logran alcanzar la descentralización esperada, podrían estar poniendo en riesgo los fondos de los usuarios y la reputación del ecosistema de Ethereum.
Vitalik ha dejado claro que la descentralización no es opcional, y su ultimátum es una llamada de atención para las L2 que se han quedado en el camino.
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