🚨 ¿Se están convirtiendo los TGEs en la tumba de las blockchains?
- TDC
- 22 sept
- 3 Min. de lectura
Los Token Generation Events (TGEs) fueron concebidos como el gran inicio de cada nueva blockchain. Una especie de bautizo que prometía lanzar redes innovadoras con el respaldo de comunidades entusiastas.
Pero en 2025, la percepción ha cambiado: muchos TGEs parecen más una salida de emergencia para fundadores e insiders, dejando atrás ecosistemas sin actividad real y una base de usuarios atrapada en la presión vendedora de los desbloqueos de tokens.
📉 El ciclo vicioso de los TGEs
El patrón se repite una y otra vez:
El proyecto lanza su token con oferta circulante mínima y valoraciones infladas.
Los primeros días hay hype, escasez y subidas rápidas.
Cuando empiezan los vesting unlocks, los insiders venden y el precio cae.
La comunidad se queda con un token en declive y una blockchain sin aplicaciones relevantes.
Como dijo Brian Huang (Glider):
“Un nuevo chain se vuelve irrelevante, el talento se va, y lo único que queda es un mercado sostenido artificialmente por AMMs y market makers.”
👥 Fundadores que abandonan después del TGE
El problema se intensifica cuando los propios fundadores se van poco después del lanzamiento:
Jason Zhao (Story Protocol) dejó el proyecto seis meses después del TGE, justo tras su vesting inicial.
Mo Shaikh (Aptos) renunció en 2024, poco después de un desbloqueo masivo de más de 100M tokens APT.
Aunque algunos lo justifican como “fatiga de fundador” o proyectos sin product-market fit, la narrativa dominante es clara: muchos ven el TGE como un cash grab.
📊 Vesting y presión de ventas
Un estudio de Messari analizó 150 tokens y concluyó que los proyectos con altas asignaciones para insiders tienen peor desempeño en el mercado. En contraste, los que destinan más tokens a ventas públicas tienden a ser más sostenibles.
El dato es brutal: según Binance Research, más de $155 mil millones en tokens se desbloquearán de aquí a 2030. Si la demanda no acompaña, esa oferta se convertirá en una fuente constante de presión bajista.
🏗️ ¿Demasiadas blockchains?
Otro debate es si el mercado realmente necesita tantas blockchains nuevas. Mientras que Ethereum, Solana o Avalanche encontraron justificación técnica en sus inicios, hoy muchos L1 y L2 carecen de un caso de uso distintivo.
En contraste, proyectos como Hyperliquid sí lograron tracción: primero construyeron un exchange de derivados con usuarios reales y después verticalizaron hacia su propia chain. Resultado: HYPE entró al top 15 de criptos por market cap.
La conclusión es clara: los inversores ya no compran promesas vacías. Las blockchains que nacen sin una killer app difícilmente sobreviven.
🏦 La competencia corporativa
A la saturación de L1 y L2 se suma un nuevo jugador: empresas tradicionales como Stripe o Robinhood que están lanzando sus propias blockchains. Estas llegan con millones de usuarios preexistentes, algo que ningún TGE cripto puede igualar.
Esto plantea un dilema:
Pro: aceleran la adopción y normalizan el uso de cripto.
Contra: corren el riesgo de diluir la esencia abierta y descentralizada que dio origen a este ecosistema.
✨ Conclusión
Los TGEs deberían ser el punto de partida de una blockchain, pero cada vez más se ven como eventos de liquidez para insiders. Si los proyectos no logran demostrar uso real, comunidad y aplicaciones sostenibles, el patrón de hype inicial seguido de colapso seguirá repitiéndose.
La industria no necesita más blockchains genéricas: necesita redes con propósito, soluciones reales y equipos comprometidos más allá de su vesting.
De lo contrario, los TGEs pasarán a la historia no como el inicio de nuevas cadenas, sino como la señal de su final.
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